El noveno día de Navaratri, Sri Swami Vishwananda concluyó
su comentario del Gurú Gita, cubriendo los versos 155-182.
He aquí un extracto de sus comentarios:
VERSO 156
Guruputro
varam moorkhas,
tasya siddyanti naanyathaa;
Shubhakarmaani sarvaani,
deekshaa vrate tapaamsi cha.
tasya siddyanti naanyathaa;
Shubhakarmaani sarvaani,
deekshaa vrate tapaamsi cha.
«Aquí Bhagavan Shankara está diciendo cuán importante es
para el bhakta entregarse a los Pies del
Maestro, entregarse completamente a la Voluntad
del Maestro. No necesitan hacer nada. Sólo concentrándose,
meditando en la Forma del Maestro, cantando Su Nombre, ¡uno
alcanzará todo! Así que, los devotos que se entreguen
al Gurú serán exitosos en sus vidas.
Hay una historia sobre Trotakacharya. Su nombre era Giri. Giri era
un humilde y devoto discípulo de Adi
Shankaracharya. Y el deber que se le había asignado era el de
lavar las ropas de Adi Shankaracharya. Mirad, Adi
Shankaracharya solía hablar cada día, a una hora determinada,
acerca de los Shastras, los Puranas, las Escrituras”.
Un día Giri estaba lavando las ropas de Adi Shankaracharya y
la clase empezó. Cuando la clase empezó, todos los estudiantes,
todos los devotos del Gurú, Adi Shankaracharya,
empezaron a correr para escuchar la clase. A la vez que la gente
corría para escuchar la clase, se iban riendo de Giri diciendo:
“¡qué tonto eres! ¡Estás lavando las ropas del Maestro
mientas el Maestro está hablando!”. Empezaron a burlarse
de él, ridiculizándole.
Adi Shankaracharya se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
Así que, mientras Giri estaba lavando las ropas, surgió un flash
espontáneo en su mente. Debido a esa Gracia que fue transmitida por
el Gurú a Giri espontáneamente, todo el conocimiento de las
Escrituras se proyectó en su mente. Él no podía entender qué
estaba sucediendo dentro de sí mismo: ¿por qué de repente podía
cantar grandes mantras?, ¿por qué de repente podía cantar
todas las Escrituras? Así que, corrió rápidamente a los Pies de
Adi Shankaracharya y, según abrió la boca, todos los versos
que el Gurú había explicado salieron de su boca
automáticamente. Hasta los versos más difíciles le resultaron muy
fáciles de pronunciar.
Viendo eso, los otros estudiantes estaban impactados: “¿pero, y
eso?”. Y en ese momento se dieron cuenta que el Seva hacia
el Gurú es lo más importante. Si el Gurú le dice a
uno que haga algo, no debería ni siquiera pensar en otra cosa, más
que en hacer aquello que el Gurú le ha pedido que haga.
Hay una historia similar en la vida de Kabir. Hubo un incidente en
su vida en el que todos sus discípulos se juntaron y le preguntaron
a Kabir: “Maharaj, dinos por favor quién es tu devoto más
grande”. Así que Kabirji señaló a su hijo y dijo: “Kamal es mi
bhakta más grande, mi verdadero discípulo”. Así
que todo el mundo se preguntaba: “¿por qué Kabirji está diciendo
que Kamal es su discípulo principal?”.
Kabir podía leer sus mentes, así que, aunque el sol estaba
brillando, le dijo a su hijo Kamal: “Kamal, se me ha caído la
aguja mientras estaba cosiendo. ¿Podrías por favor acercarme la
lámpara para que la pueda buscar?”. Rápidamente, Kamal fue a por
la lámpara y se la trajo al Gurú. Kabirji no dijo nada.
Después preguntó a su hijo: “Kamal, hoy vienen varios devotos y
me gustaría que cocinaras algo de prasad para ellos. Vete y cocina
rápido algunos ladoos dulces, pero, en vez de azúcar, ponle un
puñado de sal”. Kamal lo hizo sin cuestionárselo. Mientras tanto
los otros observaban cómo Kamal estaba obedeciendo a su Gurú
sin ninguna pregunta.
Entonces Kabir les dijo a sus devotos: “¿vosotros no creéis
que Kamal sabía que mis comentarios eran ridículos? ¿No pensáis
que él sabía que cocinar un plato dulce y ponerle sal lo iba a
arruinar? ¿No os dais cuenta que él sabía que el sol está
brillando y que puedo ver dónde está la aguja? Pero, así y todo,
él tomó la orden del Gurú sin cuestionarse nada.
Así que, en el momento que uno medita, en el momento en el que uno
acepta la orden del Gurú sin preguntarse nada, en ese
momento, la meditación sincera sucede espontáneamente. Y es
también por ver ésa dedicación que el Señor Mismo da Darshan
a sus bhaktas.
Así que éstas son dos historias que muestran que incluso un tonto
que está dedicado al Gurú con completa devoción, aunque no
haga mucho, solamente por tener gran reverencia al maestro, ¡tendrá
todo!».
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