Durante nuestro primer campamento médico en Pondicherry, India, mayo de 2006, el Swami decidió nos dar un día libre y nos pidió para organizar un darshan al día siguiente.
Esa noche, llegamos, y organizamos todo para distribuir carteles y folletos por la ciudad, para por la mañana, ir hacer compras en las tiendas.
En el momento del darshan, las nubes en el cielo se volvieran más gruesas y oscuras y se rompió una de las más fuertes lluvias. Todo el mundo estaba ya en el darshan, pero yo había quedado atrás con algunos otros a supervisar el Swami en el coche. Lo vi sentado fuera su balcón mirando al cielo y se pregunta con la belleza de la tempestad, diciendo lo maravillosa que era. Cuando llegamos al hotel para nuestra completa sorpresa, no había nadie más allí para el darshan a no ser nosotros. Cantamos bhajans y después Swamiji se dirigió a nuestro grupo y explicó que nuestra misión en la India era el siguiente: Ofrecer servicio a corazón abierto. Se me ocurrió entonces que la nuestro propósito de ser en la India fue la apertura de nuestro corazones para amar y sentir la unidad con todos nuestros similares. Como se trataba de lo que se experiencia con la gente que nos ocupa en los pueblos cada día, estabamos ya todos dominados por la emoción y fue difícil ocultar las lágrimas. Fuimos entonces uno por uno para ser bendecidos por Swami. Cuando se acabó, más personas comenzaron a llegar y él siguió dando darshan, llegava la población local y el personal del hotel.
Cuando regressávamos coche, le dije a Swami cuánto lamento que tan pocas personas han venido a pesar de nuestros esfuerzos para lograr el mayor número de personas posible. Se dio vuelta y me dijo, "¿Quién dijo que quería que muchas personas vienen? Hice esto para usted. "
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